jueves, 8 de diciembre de 2011

Revelan detalles de operativo donde murieron uniformados que llevaban más de 11 años secuestrados.


La operación Júpiter había comenzado el 15 de octubre cuando 56 hombres del Batallón número uno de Operaciones Especiales con sede en Tolemaida se internaron en la selva, a 270 kilómetros del municipio de Solano, en el suroriente del Caquetá ('Ya no hablamos de acuerdo humanitario': Ernesto Samper).
Desde comienzos de octubre, el Ejército manejaba informaciones que daban cuenta de la presencia en la zona de un grupo de secuestrados que estaría en poder del frente 63 de las Farc.
La misión de la tropa era hacer un primer reconocimiento del terreno y preparar lo que sería una operación de rescate militar por tierra, aire y agua que contaría con el apoyo de mayor número de hombres ('El desespero los tenía enfermos y demacrados': alias 'Rosalba').
Sin embargo el jueves 24 de noviembre, luego de 43 días y de no haber encontrado rastros ni movimiento en la zona, los hombres reciben la orden de retornar. Ahora debían buscar la parte alta de una montaña y limpiar el terreno para ser sacados en helicóptero (Nos decían que si había combate, nos entregarían sanos y salvos: Erazo).
Pero ese día, cuando habían caminado 13 kilómetros en busca del claro para el aterrizaje, por accidente "evidencian un rastro en la vegetación que habrían dejado unas 60 personas a su paso y deciden seguir la ruta para determinar de que estructura guerrillera se trata", narró Arturo José Bolaños Londoño, Fiscal séptimo local delgado, en la audiencia de Imputación de cargos y medida de aseguramiento a Sandra Patricia Velásquez Ñañez, alias 'Rosalba', quien se entregó al Ejército en la zona donde fueron hallados los cuerpos sin vida de los cuatro oficiales.
El viernes 25 en horas de la tarde, 6 soldados toman la delantera y escuchan al grupo de guerrilleros que se encuentra  haciendo comida y lavando ropa, prosigue el informe de la Fiscalía.
El sábado 26, a las 11 de la mañana los hombres del Ejército buscan rodear el área, pero a 100 metros del campamento son detectados por los guerrilleros y se inician los combates.
La selva densa y los árboles inmensos impiden el apoyo por aire.
En tierra, los soldados ganan terreno, se toman el campamento y el grupo se divide en dos: uno asegura la zona de 300 metros cuadrados que conforma el fortín guerrillero y el otro grupo sigue a los insurgentes que huyen por entre la manigua.
El informe técnico que fue leído por el fiscal describe la forma en que fueron encontrados los cuerpos sin vida de los cuatro militares que llevaban más de 11 años secuestrados:
"En el campamento la tropa encontró cinco cambuches, cada uno con una cadena y un candado".
"En el primer cambuche, boca arriba y con las manos cruzadas, se encontraba el cuerpo sin vida del Teniente Coronel  Edgar Yesid Duarte Valero con dos impactos con arma de fuego que fueron hechos a corta distancia".
"Tres metros hacia el norte del campamento- continúa el documento- se observa boca abajo y sin vida el cuerpo del Mayor Elkin Hernández, quien habría intentado huir y presentaba dos impactos de bala en la espalda.
"Cinco metros al occidente se encontraron boca abajo dos cuerpos sin vida que habrían  tratado de esconderse en unos arbustos. Se trataba del Sargento Mayor José Libio Martínez  y el intendente Álvaro Moreno que fueron ultimados con impactos de bala en la cabeza".
A esa hora, escondida entre la selva, los militares encontraban a alias 'Rosalba', la única guerrillera detenida por el crimen. La mujer tenía en su poder un fusil AK 47, tres proveedores con más de 100 proyectiles, material de intendencia  y medicinas.
Horas más tarde cuando las sierras del Ejército comenzaron a desnudar la selva apareció el sargento de la Policía Luis Alberto Erazo quien escapó de sus captores en medio del fuego y se refugió donde pudo.

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