domingo, 1 de mayo de 2011

EL DIRECTOR DE ANNCOL



Poco antes de partir para Caracas, el camarada 'Alberto', director de Anncol, puso en marcha otra campaña más -ahora generosamente financiada-, tendiente a destruir la imagen del presidente Uribe y su entorno.
Cuenta un testigo presencial que en las instalaciones de Café Stereo, en la fría Estocolmo, hubo muchas fiestas y felicitaciones entusiastas para 'Alberto' por el artículo con el que comenzó Anncol la andanada: "Esta es la pandilla de los Uribeños. ¡Conózcala!". "Hay que felicitar es a 'Milton' -dizque les dijo 'Alberto'-; él tituló e ilustró mi artículo con la foto de Luis Carlos Restrepo. A ese vergajo psiquiatra lo molemos porque lo molemos". 'Alberto' informó a sus contertulios de ocasión que viajaría a Venezuela para afinar los ataques contra Uribe. -'Márquez' y 'Timo' están entusiasmados -les contó. Los camaradas de USA tienen una o dos personas viajando por las ciudades a donde va Uribe; y en Metz (Francia) está localizado otro. Cuando llega Uribe, los camaradas, acompañados de algunas oenegés nuestras, lo reciben en la puerta del auditorio con una buena guachafita, agitan consignas y lo descalifican con el grito de guerra ¡Uribe, paraco!
    La campaña iniciada por Anncol iba viento en popa. Oenegés amigas y miembros calificados del PC3, agazapados en medios de comunicación, recibieron precisas instrucciones de 'Alberto'.
    En menos de una semana se publicaron más de 10 artículos contra la integridad moral de Uribe y su familia (ver aporrea.org). 'Iván Márquez' felicitó a 'Martínez' por el último titular que puso en la página antes de montarse en el avión: "Buenos mozos, ricos e inteligentes y otros demonios". "Aquí en Caracas -dijo- verá lo que tenemos contra esos muchachos y contra Restrepo. Ya hay periodistas amigos para amplificar la cosa".
    Como ninguno, el camarada 'Alberto' es la encarnación de la combinación de todas las formas de lucha: las legales y las clandestinas; la persuasión y la fuerza; la organización de masas y la acción en la banda terrorista. Casi niño, militó en las juventudes comunistas; en los setenta, su partido lo 'ascendió' a formas más elevadas de lucha, es decir, le puso el camuflado; 'Marulanda' y 'Reyes' le vieron madera y lo destacaron como cuadro fundador de la UP (incluso, como 'Reyes' y 'Márquez', fue elegido para una corporación pública); volvió a las andanzas uniformadas al final de los ochenta bajo el mando de 'Iván Márquez', quien, precisamente, descubrió en 'Martínez' su vena periodística y su capacidad de mimetizarse en cualquier ambiente legal. Por eso lo hizo volver 'a la civil' y le encomendó una tarea que parecía imposible: salir de Montes de María, aprender idiomas, instalarse en Europa y fundar un conglomerado de medios: emisora, revista y, posteriormente, periódico digital.
    Me quito el sombrero con los logros de 'Martínez' en Suecia. Disfrazado de 'perseguido político', logró en poco tiempo la ciudadanía sueca. Ya con cédula, registró a su nombre la agencia de noticias Anncol; y, de buenas a primeras, sin que nadie hubiese tenido tiempo de oponerse, convirtió a Suecia en santuario de las Farc; en una zona de despeje para hacer, impunemente, propaganda de las Farc contra el Estado y el gobierno de Colombia.
    Hay evidencias directas de cómo involucró a Suecia en esa especie de complicidad con el terrorismo. Antonio Salas, en El palestino (pág. 580), narra su visita a Café Stereo, y, escandalizado, dice que una apología al terrorismo como la que oyó allí (ver YouTube) hubiese puesto en España un batallón antiterrorista al frente de la emisora. Por su parte, Ernesto Yamhure, funcionario de la embajada de Colombia, sufrió los peores desaires por parte de la cancillería sueca, porque 'Martínez' los convenció de que era un espía y que seguramente tenía la "misión oficial de secuestrarlo". Esperemos el juicio, que será como una caja de Pandora.
Jose Obdulio Gaviria
El Tiempo abril 26 de 2011